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Tuesday, September 14, 2010


Blue as Your Blood me hizo muchas ilusiones, el Lisbon completito se convirtió en uno más, es lo que pasa con tanta oferta, supongo. No es malo pero la expectativa se vio defraudada, yo buscaba el nivel épico y ni siquiera lo saco de monótono.
Eso y que al You & Me le he agarrado mucho cariño, después de todo musicalizó el último trimestre de mi dos mil ocho, incluido el viaje en carretera contrarreloj y contrarregaño de mi madre.
Cuando caminaba por Michoacán y topé, de lo más casual, 4 cajas con muertos -al menos fue en distintos días de diciembre y enero-, me sentía muy salada, como si esa mala noticia del 30 me estuviera determinando.
Primero funeral colectivo en la iglesia de Pajacuarán, luego la camioneta de servicios funerarios descargando dos cajas, luego otro funeral familiar-colectivo en Zamora...lo peor fue la noche en que los cuetes no me dejaron dormir, odié las costumbres del pueblo, mi sentido común atribuyó todos esos fuegos artificiales a los festejos del nuevo año. Al día siguiente salí a caminar, lo primero que topé fue una banda con trompetas y tambores, botas, sombreros y rebozos, todos de negro. Lo más más más jodido fue reconocer a uno de los vecinos, amigo de un sobrino de mi tío, cargando la cajita blanca. Recién nacido y recién muerto. Cuando fallece un bebé o un niño, se queman cuetes toda la noche-madrugada, me dijeron. El caso es que los audífonos llevaban Canadian Girl.
El último lunes de diciembre sonó el teléfono y empezó el malviaje, el soundtrack fue el mismo. Blue as Your Blood concentra eso, lo que el You & Me, una camita con juguetes que ya conoces, sombrío y melancólico pero familiar.

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