Monday, September 6, 2010

De hoy a hoy empecé soñando que revisitaba a gente de la primaria y secundaria. Muy casual, hola, vamos a comer, tenía rato que no te veía. El viernes vi a mucha gente, eso es droga. Antes de ver a Juan y C busqué cd's vírgenes de doble capa, caminé en el super y vi a mi mejor amiga de la primaria-secundaria.
Brownies chocolate chunk con betún de mantequilla mantequilla mantequilla sin sal pero con café, cocoa y guayaba, vino con Juan y C. Taxista pocas palabras actitud rara y fiesta "tenía rato que no te veía". Mucha nostalgia.

El sueño inició controladito, como Ellen Page en Inception, no voltée París pero tal vez lloré cuando mataron a mis papás. Acompañaba a mi mamá a algún restaurante con cocina, ella estaba buscando algo, había música, volumen alto, había una ley que le quitaba el fuero a no se quiénes, y los malos mataban gente afuera de este restaurante cocina. Quería avisarle a mi mamá que nos teníamos que ir o agachar para que no nos vieran. Me escuchó pero igual le dieron.
Cambio de set, como los cuetes de la fiesta del pueblo, en frente de casa de mi tío, donde comí hace dos lunes. Había sangre, granadas, delincuentes, helicópteros, metralletas. Tanta tele en la semana, sobredosis de noticias se tradujo en eso. Solo ganaban los malos.
Desperté, después de enviar mensajito y acordar hora/lugar para entregar música regresé al sueño.
Entrábamos a un programa de protección de testigos, testigos no sé de qué, y llegaban muchos coches como personajes de Transformers. Operativo, mucha gente, mucha seguridad, y yo no dejaba de pensar que el narco o el gobierno nos iba a matar. Veía al Sr. DirecTort y a mi exjefa buena onda que ya quiero que me pague, me decían que no había bronca y que no me iban a matar.
Mi mamá me preguntó si quería desayunar barbacoa de el güero, volví a dormir y ya no había nadie, solo el cielo de agua, ni tiempo de sacudirme lo zombie (lo bueno es que hay menos aftas en la boca, lo malo es que me quemé el paladar por comer pizza muy caliente), solo respiré y salpiqué puntitos de sangre. No tomó mucho controlarlo, como antes, no necesité hielos. Lo malo es que ensucié las sábanas.

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