Sábado de otoño con calor, de noviembre, con resaca
después de ir al coliseo, y de ser extra en la pelea afuera del castillo
y de sortear a los zombies y a los bisontes de la estampida, mi cara no azotó en la escaleras ni perdí tiempo buscando mi diente, como lo anticipé.
Botellazos y demonios con humo, no eran hooligans, estaban eufóricos por el fin de semestre, como los aplastados en Indonesia, Juan dice que salen sonrientes en las fotos.
Me dijo que a ella le parece igual, que no lo compra, y a mí me dio gusto, saber que pensamos igual, que sentimos lo mismo, a pesar de tanto tiempo y cosas que no compartimos. Pero feo porque esas ideas feas se comprueban y se comparten, tus verdades no son absolutas, no falta pretensión e hipocresía.
y de repente te meten latitas de Jack Daniels.
En mi círculo primario hay cosas que nunca aprendimos:
sopa de fideo
arroz rojo
1 comments:
Yo sólo sonrío. Te sonrío.
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